Siempre era la Gitana. Solo ella sabía cómo comenzaban y terminaban mis días girando en el cristal de un pasado sin presentes ni futuros.
La Gitana era la más bella entre las bellas y nos elegimos de la misma manera que también elegimos andar por huellas diferentes hace ya mucho tiempo.
Siempre evoco sus ojos negros estilando sonetos en su nombre. Y en un inevitable presagio se que volverá a ocurrir: la pluma, cual numen profano, ira tornando su color azul a carmesí abriendo una vieja herida en la palma de mi mano justo sobre la línea del corazón.
MiKel.
Ha habido un error en la codificación de fuente en este texto, que debiera decir:
ResponderEliminarSiempre era la Gitana. Solo ella sabía cómo comenzaban y terminaban mis días girando en el cristal de un pasado sin presentes ni futuros.
La Gitana era la más bella entre las bellas y nos elegimos de la misma manera que también elegimos andar por huellas diferentes hace ya mucho tiempo.
Siempre evoco sus ojos negros estilando sonetos en su nombre. Y en un inevitable presagio se que volverá a ocurrir: la pluma, cual numen profano, ira tornando su color azul a carmesí abriendo una vieja herida en la palma de mi mano justo sobre la línea del corazón.