sábado, 14 de noviembre de 2009

HECHIZOS



Siempre era la Gitana. Solo ella sabía cómo comenzaban y terminaban mis días girando en el cristal de un pasado sin presentes ni futuros.


La Gitana era la más bella entre las bellas y nos elegimos de la misma manera que también elegimos andar por huellas diferentes hace ya mucho tiempo.


Siempre evoco sus ojos negros estilando sonetos en su nombre. Y en un inevitable presagio se que volverá a ocurrir: la pluma, cual numen profano, ira tornando su color azul a carmesí abriendo una vieja herida en la palma de mi mano justo sobre la línea del corazón.




MiKel.

1 comentario:

  1. Ha habido un error en la codificación de fuente en este texto, que debiera decir:



    Siempre era la Gitana. Solo ella sabía cómo comenzaban y terminaban mis días girando en el cristal de un pasado sin presentes ni futuros.


    La Gitana era la más bella entre las bellas y nos elegimos de la misma manera que también elegimos andar por huellas diferentes hace ya mucho tiempo.


    Siempre evoco sus ojos negros estilando sonetos en su nombre. Y en un inevitable presagio se que volverá a ocurrir: la pluma, cual numen profano, ira tornando su color azul a carmesí abriendo una vieja herida en la palma de mi mano justo sobre la línea del corazón.

    ResponderEliminar